La fantástica experiencia del programa de formación de invierno
Alba Serra Viella
Desde enero a marzo de 2019 he tenido el privilegio de asistir al programa de formación para profesores de japonés que ofrece la Fundación Japón en Urawa. A pesar de haber sido tan sólo unos dos meses, han sido muy provechosos. En el programa corto de invierno, que es el programa donde participé, las clases de dividían en tres bloques: lengua, cultura y docencia. En las clases de lengua, en cada sesión se trataba sobre un tema para ampliar el vocabulario de temas específicos y mejorar el dominio del idioma para poder tratar temas complejos, como por ejemplo cuestiones de sociedad, cultura de trabajo, tecnología, etc.
Las sesiones de cultura consistían en actividades donde se nos presentaban diferentes aspectos de la cultura japonesa de forma práctica, como por ejemplo ceremonia del té, furoshiki, tambores japoneses, etc, además de visitar un taller de confección tradicional de papel y un instituto japonés dónde pudimos observar las clases y hablar con los estudiantes y profesores.Finalmente, en las clases de docencia nos presentaban diferentes cuestiones para reflexionar y mejorar, desde diferentes metodologías para llevar a cabo las clases y presentar nuevos contenidos, a tipos de ejercicios y de práctica adecuados para cada tipo de destreza (lectura, escritura, oral, comunicación, etc). Aprendimos como se aplica el marco europeo de referencia de lenguas al caso del japonés, y también diferentes posibilidades de evaluar a los estudiantes. Me parecieron especialmente interesantes algunas ideas para fomentar la motivación y el estudio fuera del aula, como por ejemplo las lecturas graduadas.
Además de todo el material que nos presentaron en las clases, en el mismo centro contábamos con una biblioteca que no parecía muy grande, pero en realidad se necesitaban los dos meses para poder verla bien. Como era una biblioteca especializada en docencia del japonés, tenía todo tipo de libros de texto, materiales y manuales. Es realmente muy útil poder acceder a todo este material antes de comprarlo para consultarlo con calma y encontrar nuevos materiales que nos sirvan para mejorar nuestras clases y el aprendizaje de nuestros alumnos.
El hecho de tener la residencia y el comedor en el mismo edificio ayudaba a poder concentrarse bien en la formación, y todas las instalaciones estaban muy bien, además de que todo el personal era muy amable y atento.
Los profesores eran muy cercanos y amables, y las clases muy bien planteadas para aprovechar al máximo. Los compañeros de clase eran profesores de japonés de otros países, con lo cual pudimos intercambiar ideas y experiencias, además de tener una nueva red de contactos para seguir intercambiando información en el futuro, a nivel de docencia y también de investigación en este ámbito. Yo tenía la intención de empezar a hacer investigación en el ámbito de la docencia del japonés, y aunque este curso no estaba orientado a la investigación, a través de las clases, de la experiencia investigadora de algunos de los profesores, y especialmente de la presentación que teníamos que hacer para el final del curso, adquirí algunos conocimientos e ideas que me serán muy útiles para emprender investigación en este ámbito.
Estoy enormemente agradecida a la Fundación Japón por la oportunidad de participar en este curso, que me ha permitido conocer muchas ideas y estrategias para mejorar mi docencia.